Los 4 pasos de un análisis comercial 360 grados
En este post ofrecemos una visión detallada de los pasos esenciales que culminan un análisis comercial 360 grados. Desde definir el ámbito del análisis, hasta implementarlo, crear campañas comerciales y pasar a la acción, asegurando decisiones estratégicas en ventas basadas en datos precisos y relevantes y, por tanto, orientadas a resultados.
Paso 1: Definir el ámbito del análisis comercial
Para implementar un análisis comercial 360 grados efectivo, es esencial definir claramente el ámbito del análisis de ventas.
Este primer paso implica establecer una estructura detallada y coherente que abarque todas las relaciones comerciales relevantes. El objetivo es crear un mapa comprensible que incluya tanto a los clientes como a los productos y servicios ofrecidos. Este mapa debe reflejar todas las interacciones y transacciones para proporcionar una visión integral del desempeño comercial.
Primero, es necesario esquematizar la estructura de las relaciones comerciales, creando un modelo que incluya a todos los actores y elementos clave en el proceso de ventas. Esto incluye la identificación de todos los segmentos de clientes, categorías de productos y servicios, y los canales de venta. Luego, se debe recopilar información detallada sobre cada uno de estos elementos y sus interacciones, permitiendo un análisis profundo y preciso.
Con la información recopilada, se procede a segmentar a los clientes y productos en grupos homogéneos que permitan un análisis más específico. Estos segmentos pueden ser definidos por diversos criterios, como comportamiento de compra, rentabilidad, volumen de ventas, entre otros. La segmentación es crucial para identificar patrones y tendencias, facilitando la definición de estrategias adaptadas a las características específicas de cada grupo.
Finalmente, se establecen indicadores clave de desempeño (KPIs) que permitan medir y comparar la efectividad de las estrategias aplicadas a cada segmento. Estos KPIs deben ser relevantes y alineados con los objetivos comerciales de la empresa. Un análisis detallado de estos indicadores proporciona una base sólida para la toma de decisiones estratégicas, permitiendo ajustar y optimizar las acciones comerciales para maximizar el rendimiento y la rentabilidad.
En el contexto comercial actual, altamente complejo y dinámico, realizar un análisis exhaustivo de nuestras ventas es clave para desarrollar una inteligencia de ventas efectiva. Este análisis nos permite aprovechar al máximo la información tan valiosa que ya tenemos dentro de la empresa, en lugar de depender únicamente de datos externos, que suelen ser más costosos y menos específicos.
El mercado se hace cada vez más difícil y competitivo. Clientes más exigentes; clientes más informados; la oferta es, en la mayoría de los sectores, extensa y se especializa para satisfacer segmentos específicos del mercado; evolución rápida de los mercados y reducción en los ciclos de vida de los productos.
Todo un contexto que hace, si cabe, más estratégico y relevante, analizar las ventas de forma precisa y profunda para tomar decisiones informadas y orientadas a resultados. Para enfrentarlo, es esencial definir segmentos de análisis detallados, más allá de la clasificación tradicional ABC.
Utilizar perfiles de “buyer persona” y sistemas CRM nos ayuda a recopilar información relacional de nuestros clientes. Sin embargo, muchas veces falta la información transaccional necesaria para comprender plenamente su comportamiento comercial.
Un análisis comercial operativo debe considerar tres grandes ámbitos de información:
- El triángulo básico comercial (cliente, producto, oferta)
- Su ubicación y parámetros de medida (dónde, cuándo y cuánto)
- Bloques básicos de análisis (modelos de negocio, portfolio y canales de comercialización).
El objetivo es definir segmentos homogéneos de clientes, optimizar la distribución de recursos y configurar ofertas específicas para cada segmento.
Esto nos permite anticipar movimientos en el mercado, mejorar la precisión en la prospección de clientes y desarrollar planes de actividad comercial basados en una inteligencia de ventas robusta.
En resumen, buscamos incrementar la rentabilidad comercial mediante un análisis detallado, una medición precisa y una alineación efectiva de las áreas de ventas y marketing.
Paso 2: Implementar el análisis comercial 360 grados
El siguiente paso para la realización de un análisis comercial 360 grados es profundizar en la visión global obtenida, segmentando los datos para desarrollar estrategias específicas para cada grupo identificado.
Este enfoque sistemático permite transformar los datos de ventas en información accionable, proporcionando una comprensión detallada del comportamiento de los clientes, el desempeño de los productos y la efectividad del equipo comercial.
La segmentación se realiza considerando diferentes perspectivas:
- Quién compra qué (enfoque cliente)
- Qué compra quién (enfoque producto)
- Quién vende qué (enfoque equipo comercial).
Este análisis tridimensional permite una comprensión completa del panorama comercial, facilitando la alineación de las estrategias de ventas y marketing.
Una vez definidos los segmentos, se establecen objetivos específicos para cada grupo. Estos objetivos deben ser claros, medibles y alineados con los valores y metas globales de la empresa. La comparación de los valores obtenidos con los estándares y las medias de la empresa ayuda a identificar áreas de mejora y oportunidades de crecimiento.
Finalmente, se diseñan estrategias adaptadas a cada segmento, enfocándose en mejorar la rentabilidad, incrementar el volumen de ventas u optimizar el tipo de venta realizada.
Este enfoque detallado y estructurado asegura que las estrategias sean efectivas. La implementación de estas estrategias debe ser monitoreada constantemente, ajustando las acciones según sea necesario para alcanzar los objetivos establecidos y maximizar el rendimiento comercial.
Paso 3: Definir campañas comerciales
Una vez completado el análisis y la segmentación de los datos de ventas, el siguiente paso es la creación de campañas comerciales específicas. Estas campañas deben ser claras, precisas y medibles, basándose en la información obtenida del análisis anterior. La definición de campañas implica varios componentes clave que aseguran su efectividad y alineación con los objetivos estratégicos de la empresa.
Primero, se debe identificar la campaña con un título descriptivo que facilite su reconocimiento.
Es crucial decidir si la campaña se enfocará en un grupo específico de clientes o en el desarrollo de productos, lo que determinará el enfoque y las estrategias utilizadas. La campaña puede ser orientada a productos que se adaptan a ciertos clientes o a identificar clientes adecuados para productos específicos.
El siguiente paso es definir el segmento de clientes o las líneas de productos a las que se dirigirá la campaña. Esta segmentación ayuda a personalizar la oferta y a hacerla más atractiva y relevante para el público objetivo. También es importante identificar las principales oportunidades y supuestos del mercado o segmento objetivo, evaluando cómo se espera que evolucione y cómo se puede capitalizar esta evolución.
La posición competitiva de la empresa en el mercado debe ser claramente definida, ya que esto influye en las estrategias y objetivos de la campaña.
Establecer un único objetivo clave, claro y medible, es esencial para dirigir la campaña y evaluar su éxito. Las estrategias de ventas deben ser coherentes con la visión general de la empresa, asegurando que no haya inconsistencias entre las políticas de la campaña y la estrategia básica de la compañía.
Finalmente, se deben determinar las palancas tácticas específicas que se utilizarán para alcanzar los objetivos de la campaña. Estas pueden variar según las características de cada cliente o segmento, y deben ser las más eficientes en términos de retorno de inversión (ROI).
Un cronograma detallado de actividades, responsables y plazos garantiza una implementación efectiva y un seguimiento continuo de los resultados, permitiendo ajustes y mejoras en tiempo real.
Paso 4: Pasar a la acción
El último paso del análisis comercial 360 grados es convertir el análisis y las estrategias en acciones concretas en el mercado. Este proceso implica la definición, planificación y monitorización de las acciones comerciales, asegurando que se alineen con los objetivos y estrategias previamente establecidos.
La implementación efectiva de estas acciones es crucial para materializar los beneficios del análisis y alcanzar los objetivos comerciales.
Para definir las acciones, se debe considerar si serán específicas para la campaña o si se mantendrán las políticas genéricas de la empresa. La coherencia de cada acción con la estrategia de la campaña y la estrategia básica de la empresa es fundamental para evitar contradicciones.
Cada acción debe contribuir claramente al logro de los objetivos planteados, con indicadores precisos que permitan medir su efectividad.
La optimización de los recursos es otro aspecto fundamental. Las acciones deben ser lo más eficientes posibles, con un alto retorno de inversión. Además, es importante considerar la sinergia entre las acciones, asegurando que se complementen y potencien mutuamente.
La flexibilidad también es esencial, permitiendo ajustes y replanteamientos según los resultados obtenidos y las condiciones cambiantes del mercado.
Una vez definidas y validadas las acciones, se debe planificar su desarrollo en el mercado. Esto incluye detallar cada acción, la estrategia a la que se alinea, los responsables de su implementación, los costos y los indicadores clave de desempeño (KPIs). Un cronograma claro y detallado asegura que todas las actividades se ejecuten según lo planificado, permitiendo un seguimiento constante de los resultados.
La medición y evaluación continua son necesarias para el éxito de las campañas y sus acciones comerciales vinculadas, comparando los resultados obtenidos con los objetivos planteados. La capacidad de reacción y ajuste en función de los resultados es la clave para optimizar la efectividad de las acciones y maximizar el rendimiento comercial.
Con este enfoque estructurado y basado en datos, las empresas pueden transformar el análisis de ventas en acciones concretas que impulsen su éxito en el mercado.
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